Sobre el compositor
La figura de Zoltán Kodály constituye un gran ejemplo de vida tanto en lo personal como en sus factas de compositor, musicólogo, pedagogo y estudioso de la lengua húngara. A través de una vida de arduo trabajo, vence enormes dificultades para alcanzar sus máximos ideales tanto en los terrenos de la composición e investigación como en la educación musical. Por ello es reconocido como una de las grandes personalidades del siglo XX.
Zoltán Kodály nació en Kecskemét, al sur de Hungría el 6 de diciembre de 1882. Durante su niñez en su hogar eran frecuentes las reuniones musicales entre amigos dado que sus padres eran músicos aficionados. Así el compositor tomó contacto con los grandes creadores europeos de música de cámara. Junto a esta vivencia Kodály también se impregnaba de la genuinas y ancestrales melodías rurales. A la edad de 16 años estrenó una obertura con la orquesta de su escuela secundaria. Para complacer a sus padres inició sus estudios en la Facultad de Filosofía y Letras, egresando como profesor de idioma húngaro, alemán, latín y griego. Casi al mismo tiempo ingresó en la carrera de composición en la Academia Nacional de Música Ferenc Liszt. Al recibir su diploma de composición, determinó por voluntad propia volver a cursar los estudios, alegando no sentirse aún suficientemente preparado para su verdadera misión.
Su amor y erudición por la música de su patria se unieron al profundo conocimiento y dominio de las diversas técnicas compositivas. En 1906 en su viaje a París tomó contacto con el lenguaje impresionista de Claude Debussy, lenguaje que lo impactará e influirá en su música. En esos años se produce un profundo cambio en la sociedad húngara y hay serios conflictos políticos, no es el mejor momento para un investigador que desea rescatar el patrimonio musical de la nación, por lo cual emprendió por sus propios medios la tarea de relevamiento del ancestral folklore musical húngaro. Es una tarea demasiado grande para un solo hombre. Se encuentra con Béla Bartók a quien prácticamente no conocía pese a haber estudiado ambos en la misma academia con dos años de diferencia. Con objetivos idénticos se unen en trabajo y amistad personal por el resto de sus vidas.
El destacado desempeño de Kodály en sus estudios hizo que la Academia Nacional de Música Ferenc Liszt pronto lo reconociera y lo nombró profesor titular de composición con sólo 25 años. Kodály estaba convencido de la necesidad de hallar un nuevo lenguaje musical propiamente húngaro, pero a excepción de Ernö Dohnányi y Béla Bartók, se enfrentó en la Academia con la oposición de sus colegas, quienes tenían como modelo la escuela del romanticismo alemán. En contraposición tenía la adhesión y admiración de sus alumnos.
Respecto de su legado cabe destacar las tres facetas en las que se destacó Zoltán Kodály: como musicólogo generó todo un movimiento en torno a la investigación, además de asegurar la conservación del acervo musical folklórico húngaro. Como pedagogo implementó la música húngara en todos los niveles de enseñanza y junto con Jenő Ádám concibieron una particular metodología conocida como la Concepción Kodály, incorporado oficialmente desde hace varios años en diferentes países de Europa, América y también en Australia. Como compositor: su dominio de las diferentes técnicas compositivas puestas al servicio de su inagotable creatividad, hacen que su obra contenga el justo equilibrio y discurso necesario para resaltar lo esencial. Ningún elemento aparece en vano, cada uno de ellos justifica su presencia. La plasticidad del movimiento melódico asegura la perfecta continuidad de la obra. De todo esto se desprende una atmósfera en donde se conjugan los términos de la tranquilidad, la solidez y la grandiosidad. Kodály configura este propio y particular lenguaje, el cual da como resultado un arte verdaderamente húngaro y contemporáneo en los más variados contextos de la música erudita.
Entre sus obras más importantes mencionamos el Psalmus Hungaricus, las Variaciones sobre la canción El pavo real, las Danza de Galánta y las de Marosszék, el Te Deum de Budavár, la Misa Brevis, el singspiel Háry János, el drama musical Szekély fonó (En el cuarto de hilar Székely), y su vasta obra coral para coro de niños, masculino, femenino y mixto, obras de cámara y órgano.
Fue el 6 de marzo de 1967 cuando la vida de Zoltan Kodály llegó a su fin, a la edad de 85 años. Detrás suyo dejaba para Hungría y para el mundo un legado invalorable y eterno. Su nación no lo olvidará jamás, continuando su obra hasta el presente.