Conceptos de Zoltán Kodály sobre la Educación Musical
Las ideas de Zoltán Kodály sobre la Educación Musical suelen ser denominadas como el Método Kodály. Sería más exacto nombrarlo como Concepción Kodály porque el mismo compositor no realizó ningún método de educación musical completo y detallado; sino formuló una serie de principios concernientes a la pedagogía musical, más que una serie de técnicas de enseñanza y aprendizaje paso a paso. La aplicación real y práctica fue elaborada y desarrollada por sus discípulos y seguidores.
Los principios básicos de este concepto fueron formulados y expresados y gradualmente puestos en práctica luego de que la atención del compositor se volcó a la pedagogía musical (en especial en el marco de la educación escolar), hacia el año 1925.
Naturalmente, las ideas de Kodály acerca de una reforma de la educación tienen sus raíces en los problemas y posibilidades de las circunstancias históricas, sociales y culturales que atravesaba Hungría en aquella época. Muchas de las ideas a su vez están conectadas con otras teorías y métodos de educación musical. A pesar de estas conexiones con otros sistemas pedagógico musicales, se puede reconocer una filosofía propia de Kodály. Aunque las tareas y soluciones planteadas están arraigadas en el “terreno húngaro”, parte de éste Concepto expresa que puede adaptarse a otras situaciones musico-culturales.
En la búsqueda y lucha por darle un lugar propio a la Educación Musical dentro de la currícula escolar, Kodály también luchó por la apreciación de la música como algo especial e imprescindible dentro de las artes y en la sociedad. Él decía: “No puede haber una vida espiritual sólida/profunda sin la música”, “La Música es una parte indispensable del saber humano universal”. Es por esto que formuló su conocida frase: “¡Que la música pertenezca a todos!” entonces “es hecho imprescindible que la música sea parte de la currícula de la escuela”.
Una vez que le preguntaron a Kodály cuál era el momento adecuado para comenzar la educación musical de una persona, él contestó: “Nueve meses antes de que nazca el niño, mejor dicho, nueve meses antes de que nazca la madre”.
En la práctica dentro del marco escolar, la educación musical debería comenzar en el jardín de infantes, de manera que el niño pueda empezar a captar los fundamentos de la música desde una edad temprana”, el desarrollo de la audición musical puede ser realmente exitoso si se comienza antes de los seis años en forma lúdica.
La primera tarea del maestro es “enseñar música y canto en la escuela no de manera tortuosa, sino como un disfrute para el alumno; inculcándole una sed por la música de calidad, una sed que le durará para toda la vida”.
De acuerdo a la Concepción Kodály “enseñar en las escuelas mejorará si primero entrenamos a buenos maestros que desarrollen el oído del alumno y enseñen conocimientos musicales generales”. Por esta razón “necesitamos buena música que esté al alcance de los niños y de los principiantes en entrenamiento auditivo”. Pero para esta demanda “técnica” hay un aspecto sumamente importante. Como Kodály lo señaló, “la música es un alimento intelectual que no puede reemplazarse con ninguna otra cosa”, por eso es esencial que “sólo arte de valor intrínseco es adecuado para los niños”.
En el siglo de la tecnología audiovisual ha sido bastante evidente lo que Kodály remarcaba: “sólo la participación activa puede llevar a alguien a un verdadero entendimiento y apreciación de la música. El sólo escuchar música no es suficiente”. Muchas veces enfatizó que “si uno intentara expresar la esencia de esta educación en una sola palabra, sólo podría ser: cantar”. Él explicó su opinión con dos argumentos. Primero, la voz humana es el único “instrumento” accesible a todos. Segundo, “nuestra era de mecanización nos lleva por un camino que termina en que el hombre mismo es una máquina; sólo el espíritu del canto puede salvarnos de este destino”.
¿Dónde podemos encontrar un buen material que represente este “arte de valor intrínseco” y que a su vez sea adecuado para la actividad musical basada en la vocalidad? La respuesta de Kodály a esta pregunta es que “cada nación tiene una gran cantidad de canciones que son especialmente adecuadas para enseñar. Si las seleccionamos correctamente, las canciones folklóricas y tradicionales serán el material más apropiado a través del cual podemos presentar y hacer conscientes nuevos elementos musicales”. Estos pensamientos abren otras cuestiones: “Si queremos entender otras naciones, primero debemos entendernos a nosotros mismos. No hay mejor manera para esto que la música folklórica. Familiarizarse con las canciones folklóricas de otros países es la mejor manera de conocer otros pueblo. Sobre esta base se puede construir una cultura musical que es nacional pero que también abre el alma a las grandes obras de otros pueblos”.
Todos estos factores no son suficientes para construir una cultura musical actualizada: “El medio para que el entender la música sea accesible a todos: es la lecto-escritura musical”. A través del alfabetismo musical “todos pueden unirse a una gran experiencia musical”. Por supuesto, todos los elementos musicales del lenguaje deberían ser introducidos y practicados. Él sugirió practicar ritmo “mucho más temprano y más acabadamente de lo que se acostumbra hoy en día”.
Se debería brindar ayuda a los estudiantes para que puedan desarrollar una habilidad consciente para la lecto-escritura musical “con la solmización (Lectura en Do móvil) uno alcanza una fluída lectura a primera vista de manera más rápida”.
Esto es así, naturalmente, sólo para la solmización relativa (Do móvil) ya que al cantar los nombres de los tonos uno ya define su función en la tonalidad.
Las habilidades y capacidades musicales deberían también desarrollarse a partir de “el canto polifónico, que desarrolla la capacidad para escuchar y apreciar la música abriendo el panorama a las grandes obras de la literatura musical mundial para incluso aquellos que no tocan instrumentos”. Es por esto que Kodály escribió centenares de ejercicios a dos y tres partes para todos los niveles de educación musical.
Hoy en día, la creatividad es un factor importante en la pedagogía. Zoltán Kodály, escribió en uno de sus artículos en 1929: “todo niño sano improvisaría si se lo permitieran”(…) pero “no se lo puede dejar a su propios recursos para formarse solo un concepto musical”. Él también tuvo en cuenta un campo artístico muy cercano a la música. Según Kodály “las danzas folklóricas deben tener un lugar en la educación física en las escuelas”. Por supuesto para preservar la complejidad de la tradición folklórica esto no significa “volver para atrás hasta un estado arcaico sino ir hacia delante, de la civilización hacia la cultura”.
Su concepto pedagógico determinó un lazo entre las bases vocales e instrumentales también: “Aquel que aprendió primero música vocal y luego ejecución instrumental, estará más preparado para comprender el melos de cualquier tipo de música (…) A través del canto el estudiante adquiere la capacidad de lectura que hace más fácil luego acercarse a las obras de los grandes espíritus”.
Para llevar a cabo todas estas tareas y la totalidad compleja de los objetivos de la enseñanza musical en la escuela, una cierta cantidad de lecciones de música deberían darse en el marco de la educación general. El mismo Kodály siempre luchó por un mínimo de dos clases semanales de música tanto en primaria como en secundaria. Pero “en el caso de una materia que requiere práctica constante”, encuentros cortos todos los días “serían más valiosos que dos horas por semana”.
El concepto de educación musical de Kodály es conocido como un sistema para la educación escolar general. Esto es así porque él quería brindar una verdadera cultura musical a todos y a su vez educar a una audiencia lo más grande posible.
“Es el deber ineludible de la persona talentosa cultivar su talento hasta el más alto nivel posible, para ser de mayor provecho para el prójimo. Ya que el valor de cada persona se mide por cuánto puede ayudar al prójimo y servir a su país. El arte es una de las fuerzas más poderosas en el crecimiento del hombre y aquel que lo hace accesible a la mayor cantidad de personas es un benefactor de la humanidad”. (Z.K.)
Pero no debemos olvidar que como profesor en la Academia de Música, él también hizo un gran aporte en el entrenamiento de los profesionales de la música prestando atención a los estudiantes con grandes talentos. En uno de sus discursos en la Academia de Música de Budapest (1953), describió la necesidad de un profesional con muchas facetas: “Las características de un buen músico pueden resumirse de la siguiente manera:
1. Un oído bien entrenado,
2. Una inteligencia bien entrenada,
3. Un corazón bien entrenado,
4. Una mano bien entrenada.
Dice Kodály: "Estos cuatro aspectos deben estar desarrollados de manera conjunta, en constante equilibrio. En cuanto una se queda detrás o se adelanta, hay algo que está mal (…) el solfeo y la ciencia de la forma y la armonía juntas enseñan los primeros dos puntos. Para completar esta enseñanza, una experiencia musical tan variada como sea posible es indispensable; sin tocar música de cámara y sin cantar en coros, nadie puede convertirse en un buen músico”.